Voy a seguir poniéndome al día con esto a ver si llego a hoy...
La boda india fue prácticamente lo último interesante que hice antes de irme a Santander 10 días a la boda de mi prima Make. La última semana de agosto en Bangalore estuvo llena de fiestas, compras y despedidas (algunos de mis amigos aquí ya terminaban sus prácticas y volvían a casa).
El tiempo que pasé allí fue perfecto. Era finales de verano y no había mucha gente pero me lo pasé genial, estuve en casa ( que lo echaba taaaanto de menos) e hice montones de cosas. Disfruté los días de playa como ningún otro verano, agradecí la comida más que nunca, la boda de Make fue divertidísima y ella estaba guapisima, Santander estaba increíblemente bonito, y como no... las fiestas no fueron menos... La fiesta española sigue siendo la mejor sin duda y creedme, se echa en falta...Volver a casa a las 8 de la mañana casi cuatro días casi seguidos sólo se puede hacer en España ;)
Pero aquí estoy otra vez y todavía me quedan muchas cosas por ver.
Voy a escribir hoy sobre Hampi, una ciudad también conocida como Ciudad de la Victoria que fue capital del Imperio Vijayanagara. Esta al norte del estado de Karnataka y fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986.
Tenía muchas ganas de conocerlo, me habían hablado muy bien de este sitio. Pero para variar no tuve muchos días para visitarlo y me quedé con unas ganas locas de volver más días.
Alquilamos un coche-furgo que nos recogió el sábado alrededor de las tres de la tarde. Nos habíamos dividido en dos grupos. Unos cuantos salieron el viernes por la noche y los que trabajamos el sábado, el sábado a medio día. Desde luego la mezcla de culturas y razas dentro de la furgo no podía ser más grande: una sudafricana, una alemana, dos españoles, una medio egipcia-alemana y un indio. Nos reímos mucho durante el viaje hasta que se empezó a hacer pesadísimo. La carretera a Hampi es de las peores por las que he ido nunca. Una cantidad de baches infinitos que no terminaban nunca.... Finalmente, después de perdernos y de 12 horas de coche, llegamos.
Hampi está dividido por un río inmenso. Nos habían aconsejado que nos quedáramos en la parte en la no hay apenas comercio ni “nada” que ver, ya que es más tranquila. El primer grupo había reservado habitaciones en una especie de cabañitas de dos con su baño dentro. El “ hotel” me encantó. Todas las cabañas con sus hamacas en la entrada y luego una parte común para estar tirado, relajarse y comer.
Por la mañana pronto, agotados por el viaje y tras meternos un gran desayuno, empezamos la excursión. Lo primero fue coger una barquita que cruzaba el río. No había otra forma de hacerlo a menos que quisieras ir en coche muchos kilómetros. Una vez en la otra parte empezamos a ver templos, templos y templos y ruinas. Lo mejor que se puede hacer en Hampi para poder ver toda la zona es alquilar motos. Y eso hicimos. Es baratísimo y a mi ya sabéis que no me puede gustar más llevar una... Yo compartía una moto con un amigo italiano y madre mía....nos turnamos para conducir y en una de las veces que la llevaba él cogimos un bache y nos fuimos al suelo pero bien. Yo tuve la rodilla abierta durante dos semanas y él la mano, pero bueno, fue más el susto. Cuando la cogí yo disfruté muchísimo. Efectivamente la gente tiene razón y Hampi es para verlo así. Puedes moverme por mil caminos, hartarte a ver templos y ruinas, y sobre todo kilómetros y kilómetros de plantaciones muy verdes.
Uno de los problemas a la hora de visitar sitios es que anochece muy pronto. La última barquita cruzaba el río a las cinco y media de la tarde pero nosotros conseguimos que un chico, con barca propia, nos llevara más tarde. Ese momento si que fue de relajación total. 9 personas en medio de un río, en la más completa oscuridad y rodeados de numerosas edificaciones en ruinas...Cuando llegamos al otro lado nos tuvieron que guiar hasta que finalmente pudimos coger un rickshaw hasta el hotel. El rickshaw era mucho más grande que los de Bangalore y pudimos meternos todos en uno, fue muy divertido.
Una vez en el hotel empezamos a prepararnos para marchar. Ahí volvíamos a dividirnos. Las alemanas seguían su viaje hacia Goa y los demás volvíamos, de diferente forma, a Bangalore. Justo antes de salir de Hampi pudimos ver por la calle como muchísima gente celebraba una de sus fiestas en honor a un dios (Ganesha, dios de la sabiduría, de los caminos y de las letras) . Esta época del año en India está repleta de fiestas y celebraciones. Paramos el coche y nos bajamos a verlo de cerca... y ¡madre mía! Nunca pensé que la gente pudiese volverse tan loca al vernos... Yo no sé si es que estaban borrachos o que pero empezaron a rodearnos, a intentar bailar con nosotros y a Javi incluso le subieron en brazos y empezaron a tirarle y dar saltos... Estaban como trastornados de la cabeza, todos bailando delante de un camión con el dios y música a tope. Cuando nos fuimos hacia el coche nos siguieron, nos pidieron fotos y una vez ya dentro empezaron a dar golpes en los cristales cual famosos. Yo he de reconocer que me agobié.
Si soy sincera tengo que decir que Hampi es de los sitios que más me ha gustado hasta ahora. Es un lugar para pasar 3 o 4 días tranquilamente, pasear y relajarte. Nos hizo buenísimo, lo que ayudó a disfrutar más del color del paisaje y conseguimos evadirnos del agotador ruido de la ciudad y pasar 24 horas en el más pleno silencio.
Si se viaja por el sur lo recomiendo totalmente.