jueves, 26 de mayo de 2011

House Warming Ceremony


Cómo ya escribí hace tiempo, la secretaria que trabajaba con nosotras en el instituto, Ramya, nos dejó a finales de septiembre al quedarse embarazada. Pues bien, el 10 de octubre nos invitó a todos a la inauguración de su nueva casa. Al parecer, en la India, es tradición antes de irse a vivir a un nuevo piso hacer una serie de “ritos”. A pesar de la estrechez de algunas calles en los diferentes barrios, las familias instalan carpas alargadas donde se colocan mesas y los invitados se sientan y se les sirve comida (hoja de platano y, como no, arroz con diferentes salsas. Yo era evidentemente la única guiri y todo el mundo miraba lo nula que era para comer con la mano...). Pero lo más importante es la oración que tiene lugar dentro de la casa. Nosotros (fuimos Albin, Prachi, Anil, la chica de la limpieza y yo) llegamos un poco tarde y nos los perdimos, pero Ramya me contó, más o menos, en qué consistía. La pareja, junto con un “cura”, rezan y hacen oraciones en una de las habitaciones. Las ofrendas me recordaron un poco a las que había visto en la boda, un recipiente con agua y lleno de hojas y flores. Además, en la parte de arriba de la casa, en la azotea, se coloca fruta troceada ( creo que era calabaza o coco, no me acuerdo bien) para tener buenas vibraciones y ahuyentar las energías negativas.

La verdad es que me resultó interesante ver todo aquello. Ramya me contó que a partir de ese día ya podían dormir allí, pero no antes. Nos enseño la casa y además nos dio un regalito al final, unos dulces y dos copitas de plata pequeñas. No estuvimos mucho tiempo, pero mereció la pena ir. Además se veía que era un barrio tranquilo y no muy barato, o al menos eso me dijo Prachi. Recuerdo que nos costó mucho llegar hasta allí y que nos reímos muchísimo en el rickshaw mientras andábamos perdidos.

Todavía conservo la invitación que Ramya no envió a Manisha, Gloria y a mí ( ellas no pudieron ir) . Esto es lo que decía:


Sri Thripurasundari Krupa

Smt. Ramya Urs & Sri. Kashyap S Raj

(S/o Smt B. Vijaya Urs & Sri Subramanya Raje Urs, Agrahara Mysore

Solicit your gracious presence & blessing

with your family on the occasion of the

House Warming Ceremony

of their newly constructed house

SHASHWATHI”

On Sunday the 10th October 2010 at 11.30

Lunch: 1.00 pm

Venue: 269, 4th 'C' Main Road, 4th Phase,

J.P. Nagar, Bangalore 560078


Best compliments from: Smt B. Radha & Sri M.N Srikanta Raje Urs, Mysore.


Os dejo algunas fotos de ese día. Como veréis llevo puesto un kurta.


jueves, 19 de mayo de 2011

Tarang

Creo que después de todo el tiempo que ha pasado toca sentarse y terminar lo que comenzó hace justo un año. Aquel 22 de mayo de 2010 me subía a un avión rumbo a un país cultural y geográficamente desconocido para mí. Ya han pasado cinco meses desde mi vuelta y no quiero terminar esta experiencia única sin dejar escrito mis últimos días allí.

Tras los días que pasé con Adri y Paula en Goa y Kerala, me dí cuenta que apenas me quedaba un mes en la India. Me propuse aprovecharlo al máximo y disfrutar de lo que llevaba viviendo los últimos seis meses.

En el instituto cambiaron un poco las cosas, pasé a tener muchísimo muchísimo trabajo. Decidieron que empezara a dar clases en una empresa de software llamada Tarang. Pero además de eso, tenía clases por las mañanas de nivel 2, con un grupo que resultaría ser de los mejores que tendría durante mi estancia allí. Tarang estaba situado a las afueras de la ciudad, concretamente en Whitefield Road, en Hoody. Todos los días a mediodía venía a buscarme un coche de la empresa. Además de recogerme a mí, se subían otros tres o cuatro empleados por el camino. He de reconocer que los primeros días estaba super cabreada con el Instituto por hacerme ir tan lejos a dar clase y encima pasarme una hora de ida y otra de vuelta hasta llegar al sitio. Pero luego todo resultó mejor que bien y estuve muy a gusto allí. El trayecto era francamente divertido. Generalmente estaba muy cansada, me acostaba tarde y empezaba las clases pronto por la mañana, así que mi intención siempre era poder dormir un poquito durante esa hora de viaje. ¡La verdad que resultaba imposible!. Primero recogíamos a uno de mis alumnos, algo raro, la verdad. Siempre andaba pululando con el móvil o mp3 y esperaba a que recogiésemos al segundo para hablarle de los últimos hits. Éste último vivía en una zona que me llamó bastante la atención. Algunas partes eran más humildes que otras, llenas de casas pequeñas y chabolas, puestos de fruta, tiendillas, modistos cosiendo en mitad de la calle, niños descalzos con uniforme corriendo o sentados en montículos de arenilla.... Pero luego podías ver a gente como este chico, trajeao, y al que recogíamos para ir a trabajar. La última de la cola era una de las secretarias, que por lo que me contaron no era muy agradable y además no hacia nada.

El edificio tenía varias plantas, yo trabaja en la segunda. Ahora es cuando me toca explicar a qué se dedicaba la empresa y qué es lo que tenía que hacer yo exactamente. Se trataba de una especie de call center que intentaba vender minutos para llamar en diferentes chats. Me explico. La empresa tenía un convenio con una empresa canadiense. Pues bien, gente de Estados Unidos y Sudamérica llamaba a la India para elegir un tipo de linea, comprar minutos y llamar luego entre diferentes estados estadounidenses o en el suyo propio. Había diferentes tipos de linea: chicos con chicas, chicos con chicos, chicas con chicas... Y en la empresa había dos equipos, el de español y el de inglés. En el de español trabajan varios uruguayos y algún indio, y en el de inglés casi todo indios. Mi función era practicar español con tres indios, de manera que pasaran una especie de examen ( una llamada que les hacían desde Canadá) y fuera capaces de responder llamadas en el equipo de español. Al principio me agobié mucho, les expliqué, tanto a mi jefa como a los de la empresa, que necesitaba que me facilitaran material para prepararme las clases, saber como era esas llamadas, como se hacían las ventas etc. Antes de empezar las clases, Tarang me mandó no se cuantos emails con power points sobre las diferentes líneas, explicándome en que consistía cada una. Y la verdad es que no me sirvió de nada, y me enfadé ;). Le dije a mi jefa que no quería hacerlo, que tenía muchísimas clases ya y que no daba a basto, y menos con algo que no tenía sentido alguno (en las diapositivas sólo salían anuncios tipo ¿quieres hablar con las chicas? ¿pasar un buen rato? E iba acompañado de una foto de una tía medio en bolas). Les había pedido posibles preguntas de clientes y conversaciones reales entre los teleoperadores y los clientes, de manera que pudiera hacerme una idea de cómo tenía que hacer la clase. El primer día fui cabreadísima, seguían sin pasarme nada y encima había tardado como una hora y media en llegar. Me dediqué a repasar con ellos conjugaciones verbales y dudas que tuvieran. Eran tres chicos jóvenes que habían estudiado español años antes, hasta niveles altos, pero lo que necesitaban era practicar; entender entendían perfectamente. Ese día, el jefe me dijo que uno de los uruguayos me acompañaría los primeros días para ayudarme un poco. Al final fuimos él (Germán) y yo los que decidimos como hacer la clase. Se quedó conmigo todos los días y fue el que más me explicó cómo eran las dichosas llamadas. Nos dedicábamos a simular llamadas; los indios nos vendían los paquetes de minutos y él y yo eramos los clientes. Después subíamos a la sala donde se hacían las llamadas reales, y con los cascos y el ordenador volvíamos a simularlas pero esta vez con datos verdaderos de clientes que aparecían en el ordenador. He de reconocer ahora que terminé pasándomelo genial, que tanto el grupo de uruguayos (siempre me acompañaban a comer a la azotea de la empresa, donde había un restaurante, y me invitaban a mil planes) como los alumnos de Tarang fueron majísimos y que nos reímos mucho durante todas las clases. El último día me regalaron un cuaderno con cosas escritas en sus diferentes idiomas (Hindi, Tamil...) y ahora, de vez en cuando, me escriben.






Lo del restaurante en la azotea era como un "comedor" para los empleados. Lo pongo entre comillas porque eran cuatro mesas plantadas, pero me encantaba comer allí al aire libre. Había dos partes, una en la que podías coger comida gratis, la pagaba la empresa (siempre arroz con salsas), y otra en la que había un paisanin al que podías encargar noodles y 3 cosas más. Ahí estaba él con una especie de cacerola mezclando todo... :S. Los uruguayos y yo siempre le pediamos a él, al menos sabiamos que eso no nos hacia daño....