sábado, 20 de noviembre de 2010

viernes, 19 de noviembre de 2010

Burocracia en la India...



LLevo tiempo queriendo escribir sobre como funciona la administración y burocracia en este país. Como muchos de vosotros sabéis, tuve bastantes problemas con el tema del visado. Al ser la primera vez que venía a la India (mi visado) no podía ser de más de seis meses. Cuando lo solicité me dijeron que no tendría ningún problema para ampliarlo aquí, pero resulta que no fue así. Nos pusimos en contacto con nuestra tutora, que vive en Delhi, para preguntarle cuál era el procedimiento. Lo lógico y normal es que ella hubiera tenido al menos alguna idea de lo que teníamos que hacer, al fin y al cabo es la que se " encarga" de nosotras. Lo pongo entre comillas porque yo ni la conozco en persona y he hablado con ella cuando yo la he llamado. Pues bueno, ni idea, pero lo que es ni idea. Tuvimos que ir Gloria y yo a la oficina de inmigración y enterarnos de todo. Nos dijeron que con un tipo de visado B (Business) como el nuestro teníamos que ir a España a renovarlo. Por supuesto la culpa de tener este visado no era nuestra sino de nuestra querida tutora que en su día dijo que daba igual cual pedir. Después de pasarnos mañana enteras en inmigración intentando enterarnos de nuestras opciones, conseguimos que la embajada de España mandara un fax solicitando la extensión.
Nos llevó varias semanas reunir todos los documentos. Necesitabamos copias y originales de absolutamente todo (contrato de trabajo, contrato de alquiler, billetes de avión, cartas de invitación de la empresa, informe de la dichosa policia...) Y digo dichosa porque no creo que haya odiado tanto a alguien aquí como a uno de los policias con los que tuvimos que hablar. Después de llevar alrededor de 7 horas pululando por la ciudad, yendo de una comisaría a otra, nos topamos con este impresentable que terminó con mi paciencia. Nos vaciló y se rió de nosotras como quiso y se creyó en todo momento superior a nosotras. Yo me puse tan nerviosa que hasta empecé a medio gritar, lo que no le sentó muy bien al Sr.policía... Me amenazó con llamar a inmigración y decir que me devolvieran a España y en ese momento me entraron unas ganas locas de decirle ¡Hágalo!, ¿Se cree que me estoy creyendo que es alguien o qué? Mindundi... Me dijo que no me enfrentara a la policía, que podría tener muchos problemas... pero lo único que consiguió es que me enfadara más. Nos hizo estar allí como 5 horas y finalmente conseguimos lo que quisimos.
Esto fue un ejemplo más de lo que Gloria y yo vemos todos los días. En el momento en el que alguien tiene algo de poder, ¡plaf! lo explota. Es una cosa alucianante como la gente se ríe y abusa de otros. Y no hablo sólo de la policía, también en los trabajos con los office boys. La gente es borde por naturaleza y sienten un deseo incontrolable de sentirse superiores a otros. Yo, de verdad, me sentí absurda discutiendo con una persona que me estaba preguntando cuál era mi nivel de estudios y estuve a punto de soltarle que seguramente superior al suyo.

Otra de las cosas que me llama la atención es la lentitud y la calma con la que se toman las cosas y la impaciencia que tienen para otras (conducir por ejemplo). Todos los meses voy al banco a cobrar el cheque de mi sueldo. Lo normal sería entregarlo firmado y que te dieran el dinero o lo ingresaran en mi cuenta. Pues no, cada mes paso allí casi una hora esperando a que me den el dinero. Primero hay que rellenar unos papeles con tu número de cuenta, nombre etc. Después ese papel se lo entregan a una mujer para que lo selle. Luego, si quieres sacar dinero, rellenas otro papel. Pero no puede ser más de 10.000 rupias (166 euros más o menos) aunque tu cheque sea de más. Entonces le vuelven a dar el papel a la chica la cual te da una moneda para que vayas a la caja a por el dinero. Sí, todo parece muy rápido pero no lo es. Entre papel y papel tienes que esperar un montón. La última novedad es que me han dado un talón de cheques. Fui ayer a cobrar y me salta el señor con que me va a dar cheques para que pueda sacar el dinero que quiera. Así que ayer, al procedimiento normal le sumé el de rellenar un cheque. ¡Por Dios! mira que se complican, ¿para qué quiero yo un talón de cheques? Soy importante y todo... ;)

La verdad es que hay que tener una paciencia tremenda para todo... Se toman su tiempo y llegas a desesperarte ( en los restaurantes, cafés, tiendas..) Tuvimos que cambiar la bombona de gas de casa y estuvimos cinco dias esperando sin poder cocinar... (Todo is coming siempre...)
En fín... que esto es la India y hay que aprender a vivir así.....

Os dejo una fotillo de un replica que han puesto del Taj Mahal cerca de mi casa... ( es todo lo cerca que voy a estar de verlo.. ;))


domingo, 14 de noviembre de 2010

Kochi, Alleppey, Ernakulam, Palolem, Baga, Arambol, Panjim (Kerala y Goa)




Aquí estoy otra vez para contaros mi último viaje, hasta el momento el mejor ya que lo hice con Adri y Paula que vinieron a verme. Ellas estuvieron viajando por el norte durante dos semanas y ya la tercera nos encontramos en Kochi, en Kerala.

Era la segunda vez que viajaba a este estado de la India pero esta vez con destinos diferentes. Nuestra idea era pasar los tres primeros días allí y luego coger un tren nocturno hacia Goa. Así que eso hicimos. Ellas llegaron unas horas antes que yo así que cuando yo aterricé ya estaban esperándome con los brazos abiertos :). La primera noche dormimos en Fort Kochi, una de las islas que compone Kochi. Alquilamos una habitación para las tres en una Guest House de la que jamás podré olvidar el olor. Adri ya me lo había avisado por mensaje antes de que yo llegara, (Cova huele a perro tanto que no se puede ni entrar ;)) pero es que todo lo que me había dicho era poco. ¡Por Dios que olor! La señora que regentaba la casa vivía sola. Su marido trabaja en Dubai, creo, y tenía tres hijos repartidos por el mundo. Así que su única compañía era su oloroso y gran perro. Pero bueno, tengo que decir que la habitación estaba limpia y estuvimos muy bien las tres juntas.

La primera mañana en Fort Kochi la dedicamos a callejear. Después de un gran desayuno en lo alto de una casa empezamos nuestro viaje. Con la guía en la mano nos dispusimos a buscar un par de iglesias. En el sur de la India es donde más católicos hay y si que se pueden ver iglesias parecidas a las nuestras. Si que es verdad que son algo más coloridas y existen algunas ramas del catolicismo que no son muy iguales pero de eso nos dimos cuenta más adelante cuando una monja nos intento contar (en un inglés imposible) la historia de un tío al que “adoraban”.

Después de la visita religiosa fuimos a las redes de pesca chinas.

Esta forma de pesca se basa en un sistema de contrapesos. Se sumerge una red gigante en el agua con unos lastres. Después 3 o 4 personas tiran de la red hacia arriba.

A lo largo de todo este paseo pudimos ver muchísimos puestos donde comprar pescado. Ya la noche anterior lo habíamos cenado, pero ya solo con la idea de poder comerlo toda esa semana yo estaba emocionada.

Poco a poco fuimos caminando y viendo las callejuelas. Era una zona muy peatonal y me gustó mucho. Siempre se agradecé salir del ruido de la ciudad. Estuvimos sentadas en el balcón de un pequeño café desde donde se podía ver toda la calle.

Por la tarde estuvimos en una sinagoga, y allí nos encontramos con dos catalanes que Adri y Paula habían visto antes en el norte. Tras una hora de chachara decidimos volver al hotel,coger las mochillas e irnos a Alleppey.

Alleppey es otros de los lugares más conocidos de Kerala. Es famosos por los backwaters, barcos-casa que se alquilan para pasar uno o varios días.

Llegamos a última hora de la tarde. Ya teníamos el “hotel” reservado así que fuimos a tiro hecho. Y lo pongo entre comillas porque aquello era una especie de comuna en la que no se sabia ni quien trabajaba allí. Eran pequeñas cabañas dispuestas alrededor de una casa donde andaba todo el mundo pululando. Dejamos nuestras cosas y nos pusimos a negociar con un tío rarísimo (al que denominamos “el oscuro”) el barco del día siguiente. Finalmente decidimos no asegurar nada hasta verlo la mañana siguiente.

Esa noche tuvimos nuestro primer problemilla cuando mi querida amiga Adriana se cayó por una alcantarilla en mitad de la calle. Estaba muy oscuro y no vimos el agujero de la acera. Al principio nos asustamos mucho, ya que sólo se veía su cabecilla, pero de repente salieron 10 personas de la nada ( la calle estaba vacía) que nos ayudaron a sacarla. Volvimos de inmediato a la cabaña para que se quitara toda la mierdecilla de encima ;)

Por la mañana pronto fuimos a ver el barco. El tío, como es común aquí, no nos había dicho toda la verdad, aunque bueno, al final nos salió bien la jugada. Nosotras habíamos pedido un barco pequeño ( de 2 personas) pero resulta que se lo había dado a otros. Finalmente cogimos un barco de 4 por el precio del de dos. La única diferencia es que éste tenía dos habitaciones (osea 4 camas) y el otro dos. Así que nada, después de desayunar y de que comprar unas banana chips ( patatas como de platano típicas de Kerala) iniciamos nuestra pequeña travesía.

Alleppey es una “ciudad” llena de canales y puentes. (GUIA). Desde el barco pudimos ver lo diferente que era la vida allí. Niños yendo al colegio en barco (eso si con uniforme), gente vendiendo pescado a las orillas del río, gente recogiendo arroz en inmensos arrozales... Fueron 24 horas de relax viendo una cultura totalmente distinta. En nuestro barco iban también el conductor y el cocinero. Fueron muy majos con nosotras y nos trataron como reinas ;). Nos prepararon la comida, cena y desayuno, y aunque no todo era a lo que estamos acostumbradas, puede decirse que comimos muy bien ( sobre todo la especie de potaje de por la mañana ¿verdad niñas?). Eso sí, tomamos un chai riquísimo.

A media tarde pudimos darnos un chapuzón en mitad de uno de los canales. Al principio no estábamos muy convencidas con eso de bañarnos en un agua en el que ni siquiera se veía el fondo, pero luego nos dio un poco igual y ¡al agua patos! Pronto se hizo de noche y nos dedicamos a charlar hasta que nos acostamos.

El tercer día del viaje fue un poco movidillo. Dejamos el barco a las 9 y pico de la mañana y fuimos a buscar un autobús que nos llevara a Ernakulam ( otra de las islas que forma Kochi). Esa noche cogíamos un tren hacia Goa así que decidimos visitar esa isla. Tras una hora y media de viaje y después de dejar las mochilas en la estación cogimos un rickshaw que nos llevó a la zona marítima de la ciudad. Estábamos cansadas y hacía muchísimo calor.... así que decidimos sentarnos en una cafetería a tomar algo fresquito porque sino el sol iba a acabar con nosotras.

Con las pilas recargadas pateamos el centro de la ciudad. Fuimos a un mercado de frutas y verduras que creo que, hasta el momento, es uno de los que más me ha gustado. Tenía muchísimo colorido.

Rápidamente nos dimos cuenta de que la ciudad no tenía mucho que ver y que era tan sucia para caminar como el resto de India. A última hora de la tarde, y tras llenar la mochila de comida para las 14 horas de tren, volvimos al paseo marítimo a ver el atardecer. No recuerdo haber visto un sol tan rojo-anaranjado en los 6 meses que llevo aquí...

A las 20.00 finalmente salió el tren con destino la PLAYA!!Fue un viaje bastante largo, con ratón por el suelo incluido, pero la verdad es que yo al menos pude dormir...

Llegamos al sur de Goa el cuarto día. El sitio en cuestión se llamaba Palolem y nos habían comentado que era una de las playas más bonitas del estado más pequeño de India. Nos fuimos directamente a la playa con nuestras mochilas a buscar una cabaña para dormir. Tras ver unas cuantas nos decantamos por una. Teníamos unas ganas locas de bañarnos así que eso hicimos.

Palolem es una gran cala de arena blanca rodeada por palmeras. Tiene el tamaño perfecto para pasear y poder encontrar un sitio más tranquilo en el que tumbarte sin que nadie te moleste... Eso es lo que hicimos nosotras. Nos fuimos al final de la playa y allí nos instalamos entre rocas ( vale que nuestra intención también era poner a secar todas nuestra ropa mojada ;)). Aquello parecía supervivientes...Era una playa paradisíaca.

Por la tarde dimos un paseo hasta el otro lado de la playa, donde Paula descubrió otra zona de cabañas alrededor de una montaña. Desde allí se veía toda la playa e incluso había gente haciendo yoga. Una vez más pudimos ver uno de esos atardeceres que no se olvidan...

De camino a nuestra cabaña nos paramos en un bar super chulo de la playa. Buena música y ambiente para seguir descansado ;). Por la noche salimos a cenar y a ver la calle principal cerca de la playa. Estaba llena de restaurantes y tiendas de ropa y joyas. Había muchos turistas pero no era agobiante. Dicen que Palolem se caracteriza por eso... mucha gente, muchos mochileros pero el ambiente es muy calmado. No es precisamente un sitio de fiesta.

El segundo día también lo pasamos en Palolem. El único problemilla fue que nos levantamos y estaba lloviendo. Estuvimos en la playa a ratos y, aunque estaba nublado, alguna que otra se achicharró. Por la tarde estuvimos comprando regalillos y ya por la noche nos cogimos un taxi que nos llevo a la siguiente parada en Goa, Baga.

Yo ya había estado aquí antes así que todo fue un poco más rápido. Ese día nuestro único objetivo era salir sin parar. Llegamos, nos duchamos, cenamos y nos fuimos a un bar. Había muchísima gente, dicen que para salir en Goa es el mejor sitio, y se notaba que había muchos más turistas que hace mes y medio. Esa noche conocimos a un grupo de ingleses. Algunos de ellos habían estado viviendo en Madrid y hablaban perfectamente español. Estuvimos bailando toda la noche y terminamos en la playa a las 6 de la mañana. Al final la policía nos echo.

El tercer día en Baga fue un poco “de vagos”. Estaba lloviendo y estábamos reventadas de la noche anterior. Nos levantamos tarde y fuimos a comer a la playa. Por la tarde Adri y Paula dieron un paseo pero yo me dediqué a dormir ;). Ya por la noche fuimos a cenar a un restaurante que me habían recomendado, en la playa también. Volvimos a quedar con el grupo de ingleses y estuvimos charlando un buen rato.

El cuarto y casi último día decidimos ir al norte de Goa. Alquilamos un par de motos y nos pusimos rumbo a Arambol. Era la segunda vez que conducía una moto por la India pero no se me había olvidado la sensación. Todo tan verde y con esa sensación de amplitud... Disfruté mucho.

La playa de Arambol me pareció más bonita que Baga pero menos que Palolem. Otra vez pudimos ver el rollito mochillero-hippy y la tranquilidad que reinaba en la playa. No era el mejor día del verano ni mucho menos, estaba nubladillo, pero estuvimos igual de bien...Antes de que anocheciera cogimos las motos otra vez y volvimos a Baga. Era nuestra última cena :(

La mañana del último día la pasamos en Panjim, capital de Goa y antigua colonia portuguesa. Llegamos pronto por la mañana y con mochila a cuestas nos pusimos a patear la ciudad. La verdad es que no dio tiempo a ver mucho, yo tenia que coger el avión, y estábamos ya cansadas. De lo que si pudimos darnos cuenta es de la influencia portuguesa en la ciudad: el nombre de las calles, de los sitios...También fuimos a un mercado de pescado.

A medio día cogí un taxi y me despedí de ellas... Fueron 8 días perfectos que no se me van a olvidar nunca: las tres en la India.


sábado, 30 de octubre de 2010

Largo viaje....

Sé que me he vuelto a despistar con esto del blog pero me resulta complicadísimo encontrar tiempo...Prometo sacar tiempo y contar las cosillas que me faltan pero ahora no va a poder ser...
Adri y Paula llegaron hace dos semanas a la India y mañana me reuno con ellas ¡¡por fín!! Después de mis clases cojo un avión a Kerala, el estado del sur, y allí nos juntamos. Vamos a estar tres días entre Kochi y Allepey y luego nos vamos en tren a Goa, a disfrutar de la playita otros cuatro días.
Tengo muchísimas ganas de ir y van a ser ocho días que no voy a olvidar nunca, estoy segura.
La verdad es que estoy deseando salir del estrés de la ciudad porque desde que mi jefa dejo el trabajo ( la jefa de aquí, que está embarazada) no paran de cambiarnos clases etc y es un lío. Me espera un mes de noviembre lleno de cosas pero bueno, luego en diciembre nos darán días libres y pretendo subir al norte, ver Agra y alguna cosilla más...

Lo dicho, vuelvo el día 8 y tendré millones de cosas que contar

Muah!!

lunes, 18 de octubre de 2010

Goa










Y llegó el momento de hablar de Goa!!!

No sé cuantos de vosotros habríais oído hablar de este lugar de India antes, pero a mi me sonaba de “poco” y ha sido un gran descubrimiento. Como todos los sitios a los que he ido pues los días se me quedaron escasos, pero en este caso me da más igual porque voy a volver dentro de poquito y más días!!

¡Y que puedo decir de Goaaaaaaa! Pues se trata del estado de India más pequeño en extensión. Está situado en una zona tropical cercana al mar Arábigo y tiene un clima templado y húmedo la mayor parte del año. Según lo que me han comentado desde que llegué a Bangalore, la mejor época para ir es de octubre a marzo, es temporada alta y se llena. Así que ahí fuimos nosotros a principios de este mes a dar fe de ello. Como casi siempre nuestros horarios no coinciden así que tuvimos que hacer varias tandas. Cogimos un autobús nocturno que tras unas deliciosas 14 horas de viaje nos dejó en la capital de este caluroso lugar, Panaji. Una vez allí, y siguiendo siempre los consejos de algunos amigos indios, nos subimos en una furgoneta y nos dirigimos a la zona de Baga Beach. Una vez dejadas las cosas en un pequeño hostal y con unas ganas locas de zambullirnos en el agua, nos pusimos los trajes de baño y nos fuimos a la playa más cerca, unos 10 minutos andando. Por el camino pude hacerme un poco a la idea de como era todo aquello: tiendas, bares, restaurantes, inmensas playas y cientos de extranjeros. Evidentemente se notaba que no era más que el principio de la temporada, pero ya se empezaba a notar la llegada de turistas ansiosos por tomar el sol.

Al igual que todos los demás extendimos nuestras toallas con idea de tostarnos hasta que, para nuestra sorpresa, nos empezaron a rodear incansables vendedores ambulantes. En sólo cinco minutos teníamos a nuestro alrededor piñas, tés, collares, pulseras, faldas.... una gran variedad donde elegir. Pero llega un momento en el que se hace pesadísimo porque no te dejan en paz y no puedes hacer nada. Sin embargo, algunos de ellos fueron muy divertidos con nosotros y nos reímos un montón.

Estuvimos en la playa casi todo el día y a última hora nos tomamos unas tortitas de chocolate ( bueno solo yo jeje) en una terraza a pie de playa, donde pudimos ver un atardecer precioso.

Después de reponer fuerzas y de pegarnos una ducha salimos a cenar. Ahí empezó lo que sería mi primera gran fiesta en Goa (espero ansiosa las demás :)). Quedamos con una amiga nuestra de Bangalore, es Dj y durante estos meses se muda a Goa a pinchar en diferentes discotecas. Nos recogió con otros amigos suyos en un jeep descapotable, chulísimo, y fuimos a otro bar a seguir comiendo. Éste último estaba en la playa y se podía sentir la arena bajo los pies. Con el estomago bien llenito nos dispusimos a empezar la fiesta.... Primero estuvimos en un bar cerca del hostal y luego en otro más cerca de la playa. En ambos nos lo pasamos genial y no paramos de bailar.

Cuando nuestros pies ¡basta! volvimos al hotel.... estábamos agotados del día de playa más el viaje en bus.

El segundo, y último día para mí, decidimos cambiar de playa. Ésta me gusto más que la del día anterior, había menos gente y estaba rodeada de cantidad de palmeras y vegetación muy verde. Se llamaba Anjuna Beach

El mar estaba un poco revuelto pero eso no nos impidió nadar un buen rato. El socorrista se estresó muchísimo con nosotros y otros extranjeros que estaban a nuestro lado. Se debía pensar que nos íbamos a ahogar o algo y no paraba de tocar el pito y de gritar que no nos alejáramos. Mira que les gusta hacer ruido en este país jeje.

A media tarde yo me tuve que volver al hotel para pegarme una ducha y volver a la capital para coger el autobús de vuelta a Bangalore. Esta vez iba en un bus cama, nunca antes lo había visto, y menudo show. Lo que yo no sabía, me enteré casi justo antes de subirme, es que compartía litera con alguien... Sí, así como lo oís. Por suerte me tocó con una chica Tailandesa que trabaja en Bangalore y había ido a pasar un par de días con su novio. Fue super extraño porque la verdad no había mucho espacio, pero bueno, conseguí dormir algo.

Llegué a eso de las 11 de la mañana.. el tiempo justo para pasar por casa e irme a trabajar.

Disfruté mucho del tiempo en Goa. Estoy deseando que pasen estas dos semanas para repetir... Es una India distinta...



domingo, 17 de octubre de 2010

Hampi

Voy a seguir poniéndome al día con esto a ver si llego a hoy...

La boda india fue prácticamente lo último interesante que hice antes de irme a Santander 10 días a la boda de mi prima Make. La última semana de agosto en Bangalore estuvo llena de fiestas, compras y despedidas (algunos de mis amigos aquí ya terminaban sus prácticas y volvían a casa).

El tiempo que pasé allí fue perfecto. Era finales de verano y no había mucha gente pero me lo pasé genial, estuve en casa ( que lo echaba taaaanto de menos) e hice montones de cosas. Disfruté los días de playa como ningún otro verano, agradecí la comida más que nunca, la boda de Make fue divertidísima y ella estaba guapisima, Santander estaba increíblemente bonito, y como no... las fiestas no fueron menos... La fiesta española sigue siendo la mejor sin duda y creedme, se echa en falta...Volver a casa a las 8 de la mañana casi cuatro días casi seguidos sólo se puede hacer en España ;)


Pero aquí estoy otra vez y todavía me quedan muchas cosas por ver.

Voy a escribir hoy sobre Hampi, una ciudad también conocida como Ciudad de la Victoria que fue capital del Imperio Vijayanagara. Esta al norte del estado de Karnataka y fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986.

Tenía muchas ganas de conocerlo, me habían hablado muy bien de este sitio. Pero para variar no tuve muchos días para visitarlo y me quedé con unas ganas locas de volver más días.

Alquilamos un coche-furgo que nos recogió el sábado alrededor de las tres de la tarde. Nos habíamos dividido en dos grupos. Unos cuantos salieron el viernes por la noche y los que trabajamos el sábado, el sábado a medio día. Desde luego la mezcla de culturas y razas dentro de la furgo no podía ser más grande: una sudafricana, una alemana, dos españoles, una medio egipcia-alemana y un indio. Nos reímos mucho durante el viaje hasta que se empezó a hacer pesadísimo. La carretera a Hampi es de las peores por las que he ido nunca. Una cantidad de baches infinitos que no terminaban nunca.... Finalmente, después de perdernos y de 12 horas de coche, llegamos.

Hampi está dividido por un río inmenso. Nos habían aconsejado que nos quedáramos en la parte en la no hay apenas comercio ni “nada” que ver, ya que es más tranquila. El primer grupo había reservado habitaciones en una especie de cabañitas de dos con su baño dentro. El “ hotel” me encantó. Todas las cabañas con sus hamacas en la entrada y luego una parte común para estar tirado, relajarse y comer.

Por la mañana pronto, agotados por el viaje y tras meternos un gran desayuno, empezamos la excursión. Lo primero fue coger una barquita que cruzaba el río. No había otra forma de hacerlo a menos que quisieras ir en coche muchos kilómetros. Una vez en la otra parte empezamos a ver templos, templos y templos y ruinas. Lo mejor que se puede hacer en Hampi para poder ver toda la zona es alquilar motos. Y eso hicimos. Es baratísimo y a mi ya sabéis que no me puede gustar más llevar una... Yo compartía una moto con un amigo italiano y madre mía....nos turnamos para conducir y en una de las veces que la llevaba él cogimos un bache y nos fuimos al suelo pero bien. Yo tuve la rodilla abierta durante dos semanas y él la mano, pero bueno, fue más el susto. Cuando la cogí yo disfruté muchísimo. Efectivamente la gente tiene razón y Hampi es para verlo así. Puedes moverme por mil caminos, hartarte a ver templos y ruinas, y sobre todo kilómetros y kilómetros de plantaciones muy verdes.

Uno de los problemas a la hora de visitar sitios es que anochece muy pronto. La última barquita cruzaba el río a las cinco y media de la tarde pero nosotros conseguimos que un chico, con barca propia, nos llevara más tarde. Ese momento si que fue de relajación total. 9 personas en medio de un río, en la más completa oscuridad y rodeados de numerosas edificaciones en ruinas...Cuando llegamos al otro lado nos tuvieron que guiar hasta que finalmente pudimos coger un rickshaw hasta el hotel. El rickshaw era mucho más grande que los de Bangalore y pudimos meternos todos en uno, fue muy divertido.


Una vez en el hotel empezamos a prepararnos para marchar. Ahí volvíamos a dividirnos. Las alemanas seguían su viaje hacia Goa y los demás volvíamos, de diferente forma, a Bangalore. Justo antes de salir de Hampi pudimos ver por la calle como muchísima gente celebraba una de sus fiestas en honor a un dios (Ganesha, dios de la sabiduría, de los caminos y de las letras) . Esta época del año en India está repleta de fiestas y celebraciones. Paramos el coche y nos bajamos a verlo de cerca... y ¡madre mía! Nunca pensé que la gente pudiese volverse tan loca al vernos... Yo no sé si es que estaban borrachos o que pero empezaron a rodearnos, a intentar bailar con nosotros y a Javi incluso le subieron en brazos y empezaron a tirarle y dar saltos... Estaban como trastornados de la cabeza, todos bailando delante de un camión con el dios y música a tope. Cuando nos fuimos hacia el coche nos siguieron, nos pidieron fotos y una vez ya dentro empezaron a dar golpes en los cristales cual famosos. Yo he de reconocer que me agobié.


Si soy sincera tengo que decir que Hampi es de los sitios que más me ha gustado hasta ahora. Es un lugar para pasar 3 o 4 días tranquilamente, pasear y relajarte. Nos hizo buenísimo, lo que ayudó a disfrutar más del color del paisaje y conseguimos evadirnos del agotador ruido de la ciudad y pasar 24 horas en el más pleno silencio.


Si se viaja por el sur lo recomiendo totalmente.















martes, 5 de octubre de 2010

Boda india








Como muchos de vosotros ya sabéis… ¡fui a una boda india! Fue justo al volver de Bombay y la verdad que fue toda una experiencia… Nunca me hubiera imaginado poder ir a una en esos siete meses…Pero tuvimos la suerte de que el amigo de un amigo nos invitó.

La boda empezó a las 8 de la mañana.... Sí, lo sé, ¿quién se casa a esa hora? Yo al principio pensé que estaban de coña, pero no, a esa hora fue… Lo gracioso del caso no era que empezase tan pronto, sino que se tardaba como una hora y pico en llegar y había que ponerse el dichoso saree, que no es precisamente fácil. Pues nada, nos levantamos a eso de las 5 y manos a la obra. Yo no hacía más que pensar que a esas horas era imposible tener buena cara. Me quedé dormida en el coche y llegué con unas ojeras enormes y el saree todo arrugado (es difícil sentarse con toda esa cantidad de tela)

Pero bueno, finalmente llegamos y mereció la pena…

El sitio era precioso. Una especie de recinto con diferentes partes. Un estanque, templos, un salón-comedor, casitas pequeñas donde se vestían los novios, y mucho jardín. Lo primero que hicimos fue ir a ver al novio a una de las casas. Allí una de sus hermanas le ayudaba a vestirse y prepararse. Le echaron un montón de cremas e historias. El traje consistía en una especie de falda blanca-crema con una greca dorada abajo y una banda en el pecho. El resto iba al descubierto. La novia, por su parte, llevaba un saree en los mismo tonos que el novio (era la misma tela creo).

Lo primero que se hacía nada más llegar era pasar al comedor y desayunar. Pero no es como las bodas en España que todo el mundo se sienta al mismo tiempo. No, aquí según ibas llegando te servían. Eran mesas alargadas que tenían hojas de plátano como plato. En cuando te sentabas unos 8 o 9 camareros te empezaban a echar cosas en la hoja todos en fila: arroz (para variar), mil salsas, café y algún dulce. Cuando terminamos nos fuimos cerca del estanque. A eso de las diez y media empezó la ceremonia. Al principio los novios estaban sentados en un banco y justo enfrente de ellos el que “oficia” la ceremonia. Éste empezó a “recitar” cantidad de cosas en voz alta al tiempo que echaba en un cuenco algunas flores y demás objetos mientras se quemaban. Cuando eso terminó, los novios se cambiaron de sitio, esta vez se sentaron debajo de una especie de templito. En esta ocasión no sólo había una persona recitando en alto sino dos. En esta parte de la boda se dedicaron a ponerles a los novios guirnaldas y guiñarlas de flores sobre sus cuellos, al tiempo que seguían echando hojas y más cosas en el cuenco y las quemaban. Todos estos rituales, que al parecen eran tres ritos hindús distintos, fueron acompañados por música.

Al terminar todo esto los novios se arrodillaron ante familiares, creo, como gesto de agradecimiento. En ese momento se empezaron a hacer fotos con la familia de ella, de él, amigos, hermanos, etc.. Como en España vamos.

A eso de las 12 y pico fue la comida. Y fue exactamente igual que el desayuno. Nos dirigimos al mismo comedor, nos pusieron la hoja de plátano y los camareros empezaron a sacar el arroz, las salsas etc. Yo tenía un empacho de arroz que no os imagináis. El dulce era distinto, pero vamos, que monotonía de menú…

Cuando terminamos de comer estuvimos charlando en el jardín etc. Algunos de mis amigos indios me comentaron que ellos nunca habían asistido a una boda como esa tampoco. Antes de irnos nos regalaron un coco dentro de una bolsa (a modo de regalito de boda, pero en vez de un perfume, un puro y esas cosas… ¡un coco!). Y es que lo del coco tiene su explicación… y es que al parecer cuando rompes un coco es señal de que empiezas una nueva etapa o algo así. Yo sigo teniendo el coco aquí en casa un poco muerto de risa ;)

Y esa fue la ceremonia… la fiesta vino al día siguiente. La pareja había reservado a cinco horas de Bangalore una especie de parador en lo alto de una montaña (era de un amigo de ellos, creo). Eran cabañitas pequeñas de dos camas con baño, y luego aparte había una zona-comedor y mil casitas más. Nosotros llegamos el sábado por la noche muy tarde, por eso de que curramos todos los findes, y nos fuimos el domingo muy pronto por la mañana. Pero mereció la pena la paliza, estuvimos allí cenando, charlando, bailando (una de las amigas era Dj y llevaron mesa de mezclas y de todo) y nos reímos un montón.

Desde la boda he vuelto a ver a los novios alguna vez de fiesta por ahí y ahora hablamos más que antes jeje. Pero creo que dentro de poco se van a Dubái porque trabajan allí.

La verdad es que ha sido genial poder haber ido a una boda india. Desde luego se lo agradecí muchísimo. Probablemente haya sido la única vez en mi vida en una boda en la India, llevando saree y comiendo en un banquete con la mano, pero… no todo el mundo puede decir yo fui a una boda hindú.